Para cerrar esta semana temática decidad a la burocracia y otras hierbas quiero compartir con vosotros una anécdota que me contó una amiga cuando le comenté nuestras aventuras con el Ayuntamiento. Sucedió en una de las visitas al ginecólogo que tuvo que hacer durante su embarazo. Haciendo cola en el mostrador para pedir una cita no pudo evitar escuchar la conversación que tenía lugar delante suya. La embarazada que le precedía acababa de hacerse unos análisis y le estaba pidiendo a la administrativa que le atendía una copia de los resultados, sin demasiada suerte. En primer lugar le preguntaro que para qué la quería, y ella respondió que le gustaría tener una copia. Entonces la administrativa le dijo que no podía ser, que sólo había una copia que era para el ginecólogo, y que no era posible hacer más.
Lo bueno sucedió cuando la mujer, viendo que no iba a sacar nada de ahí, se fue hacia la calle. En ese momento mi amiga, que pasaba a estar la primera en la cola, escuchó como la administrativa le decía a una de sus compañeras: "Un día que tenga un rato me voy a poner con eso. Estoy segura de que tiene que haber alguna forma de sacar una copia".
Y tan pancha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué te ha parecido?