Kings fue la arriesgada y fallida apuesta que lanzó el año pasado la cadena NBC. La recreación de la historia del rey David traída a los tiempos modernos no logró enganchar el suficiente número de espectadores y acabó siendo cancelada en su primera temporada.
Argumento: Ian McShane interpreta al rey Silas, soberano de Gilboa, un joven estado surgido de la unión de varios países tras una cruenta guerra. Silas es el unificador y el alma de Gilboa, un rey que se cree designado por Dios hasta el punto que cree que Dios se comunica con él mandándole señales. El mayor problema al que debe enfrentarse el rey Silas es la larga guerra que enfrenta Gilboa con sus vecinos de Garth, equipados con el poderoso tanque Goliath.
Es precisamente en una desigual lucha contra un Goliath como salta a la fama David Shepherd, un joven del pueblo, de estampa noble y sincera, el héroe que el país necesita para recuperar la esperanza. El cínico Silas se da cuenta de las posibilidades que le brinda David y lo llama a la corte, iniciándose una relación de admiración y desconfianza entre ambos.
Mi opinión: Llegué a Kings tras acabar Deadwood. Tenía buenas críticas y, sobre todo, era una oportunidad seguir en la compañía de Ian McShane. Las diferencias a priori no parecían muchas, si en Deadwood McShane interpretaba a un alcahuete cínico y sin escrúpulos que dominaba el pueblo aplicando su particular código de honor, en Kings da vida a un rey cínico y sin escrúpulos que dominaba el país aplicando su particular código de honor. Aunque reconozcámoslo, el rey Silas no le llegaba al cinturón al malhablado Al Swearengen. Entre otras cosas porque una cadena generalista como la NBC no podía permitirse tener a alguien de la calaña de Swearengen en una serie de prime time.
Y éste es, en mi opinión, uno de los defectos de la serie: quedarse a medio camino. Da la impresión que hubiera podido ser una gran serie de haber podido explorar la parte sórdida de los personajes. Tal vez si hubiera gozado de la libertad de algunas series de cable (como la mencionada Deadwood) estaríamos hablando de una de las series de la temporada.
Son precisamente los personajes más oscuros los más atractivos de la serie (como en tantas otras). En éste sentido rechina especialmente la elección del blandito Christopher Egan como David para dar la réplica al rey Silas de Ian McShaen. Es un literal David contra Goliat sin hondas que valgan. McShaen se merienda a Egan (y a la mayoría del reparto) cada vez que entra en cuadro. Y conforme avanza la serie, también crece el personaje de la reina Rose, precisamente cuando empieza a mostrar su lado oscuro.
En definitiva, una serie por encima de la media (aunque con los habituales episodios de relleno), a la que le faltó valentía para convertirse en grande.
Ah, y para terminar un par de cosas: primero un aviso; los guinistas no tuvieron en cuenta la desaparición de la serie a la hora de finalizar la temporada. Las tramas quedan en el aire a la espera de una segunda temporada que no llegará. Y, como curiosidad, Kings también nos ofrece la posibilidad de volver a ver a un crecidito Macaulay Culkin en un papel secundario que aparece a mitad de la temporada.
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