Woody Allen termina la maravillosa Annie Hall (1977) con este pequeño monólogo (podéis ver el vídeo más abajo o, si lo preferís, en versión original aquí):
Después se nos hizo tarde, los dos nos teníamos que marchar. Pero fue magnífico volver a ver a Annie; me di cuenta de lo maravillosa que era y de lo divertido que era tratarla Y recordé aquel viejo chiste, aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice: "Doctor, mi hermano está loco, cree que es una gallina". Y el doctor responde: "¿Pues por qué no lo mete en un manicomio?". Y el tipo le dice: "Lo haría pero necesito los huevos".
Pues eso más o menos es lo que pienso sobre las relaciones humanas, ¿saben?. Son totalmente irracionales, y locas, y absurdas. Pero supongo que continuamos manteniéndolas porque, la mayoría, necesitamos los huevos.
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