jueves, 24 de marzo de 2011

¿Con qué pie te has levantado hoy? Tenemos el corto adecuado: Drawing Inspiration o The smartest dog in the world

Porque no todos los días estamos con el mismo ánimo ni vemos la vida con los mismos colores, este jueves os traigo dos cortos para que veáis el que mejor se adapte a vuestro humor. Los dos son de animación, los dos mudos, y los dos los he conocido gracias a The Drawn Blog.

Si hoy os habéis despertado esperanzados, pensando que hoy puede ser un gran día, y que, aunque tal vez las cosas no tengan buena pinta, siempre hay que conservar la esperanza en que todo cambie para mejor, entonces vuestro corto de hoy es Drawing Inspiration (2011), de Tim McCourt and Wesley Louis.



Pero si en cambio os levantasteis con el pie izquierdo y el resto día sólo ha servido para confirmaros que lo mejor que podíais haber hecho hoy era quedaros en la cama, entonces tal vez os sintáis identificados con el felino protagonista de The smartest dog in the world (2011), de Graham Annable.

miércoles, 23 de marzo de 2011

lunes, 21 de marzo de 2011

Cojeando un poco

No tenía pensado publicar nada hoy, pero me he enterado de que estamos en el Día mundial de la poesía, y hay una que llevaba un tiempo queriendo traer por aquí. También es casualidad, cuatro poesías en casi dos años, y en una semana publico dos. Cuando hace unos días hablaba del centenario del nacimiento de Celaya, os decía que este era un género visito muy raramente. Pero la mayoría de esas raras visitas se las hago a un mismo autor: Blas de Otero. Hace no mucho compré el último libro que habían publicado de su obra, Hojas de Madrid con La Galerna.

Cojeando un poco es la primera que aparece en el libro. No sé qué tiene. Mirándola fríamente no parece decir mucho, pero hay que me resulta conmovedor, de forma que las pocas veces que he abierto el libro, antes de buscar el marcador y seguir por donde lo había dejado, me detengo a leerla de nuevo.

En una clínica.
Recién operado en una clínica,
fumo, me peino, pienso
en nada.
Entran dos enfermeras. Una morena
y una rubia,
hijas del pueblo de Valladolid.
Fumo, me peino, pienso
en La Habana, con un barco violeta
alejándose hacia la Unión Soviética.
Son las once.
A las doce y cuarto,
vendrá el médico, me dará el alta, miraré
Madrid desde la ventana,
me despeinaré un poco,
colocaré la camisa, los libros, la colonia y las babuchas
en la jaba,
y saldré de la clínica silbando
y cojeando un poco.

Blas de Otero

sábado, 19 de marzo de 2011

Paternidad en una galaxia muy muy lejana

Sabiendo que el Día del Padre se celebra desde hace mucho tiempo, y en sitios muy muy lejanos, me ha venido a la cabeza que uno de mis personajes favoritos también es papá. Y como hace mucho que no aparece por aquí, me he puesto a investigar cómo fue la relación con su hijo. Y buscando, buscando...

Los primeros años estuvieron llenos de promesas y alegrías, viendo como el pequeño Luke intentaba imitar a Papá.


Pero poco a poco las nuevas responsabilidades le fueron dejando cada vez menos tiempo para pasar con su hijo. Su jefe estaba empezando a desarrollar un proyecto muy ambicioso y él, que se había convertido en su mano derecha, tuvo que dedicarle mucho tiempo desde el primer momento para lograr que saliera adelante.


viernes, 18 de marzo de 2011

La poesía es un arma cargada de futuro - Gabriel Celaya

No soy aficionado a la poesía. El número de autores de los que me he sentado alguna vez a leer  un libro de poemas (posiblemente sin terminarlo) debe andar por la media docena. Pero entre estos pocos un puesto destacado lo ocupa Gabriel Celaya. Así que hoy, que se cumplen los cien años de su nacimiento, quiero compartir con vosotros una de sus poesías más conocidas, publicada hace 56 años pero que aún conserva su mensaje intacto.

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque a penas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.

Gabriel Celaya

Conocí a Celaya gracias al gran Paco Ibañez.

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