lunes, 24 de mayo de 2010

Los señores del hierro de África. La expansión Bantú

Cuando en el siglo XIX los primeros exploradores europeos se internaron en el África Subsahariana desde la costa del Índico se llevaron una agradable sorpresa. Dentro de los preparativos de su expedición se habían asegurado de llevar, los que no lo conocieran, un intérprete de KiSwahili, el lenguaje hablado en la costa. Sin embargo eran conscientes de que una vez tierra adentro tendrían que apañarse como pudiesen para hacerse entender en regiones donde los mercaderes de la costa nunca se habían internado.

Pero cuando llegó el momento descubrieron que la lengua que hablaban los pueblos del interior era parecido al KiSwahili de la costa. Y por mucho que se internaran en el continente esta similitud se mantenía, entre pueblos distantes a miles de kilómetros y pertenecientes a grupos étnicos distintos, cubriendo un área que se extendía desde una línea horizontal uniendo el Golfo de Guinea con el Índico hasta el extremo sur del continente, abarcando la mayor parte del África Subsahariana. 

A los hablantes de estas lenguas se les denominó Bantúes (bantú significa gente). Hay entre 300 y 600 lenguajes Bantú en el África subsahariana, con una distancia entre sus extremos de 6000 km con montañas, savana, ríos, desierto y bosque ecuatorial, hablados hoy por cerca de 400 millones de personas.

En seguida surgió la pregunta: ¿cómo era posible que pueblos de grupos étnicos distintos y separados miles de kilómetros entre sí mantuviesen lenguajes tan similares? La hipótesis, respaldada por pruebas arqueológicas, nos habla de una expansión sin precedentes en su extensión, velocidad y, sobre todo, en la huella que ha dejó en esa parte de África.

sábado, 22 de mayo de 2010

Usted quiere decir

Le preguntan a Zsá Zsá Gabor cuántos maridos tuvo. Contesta:
-Usted quiere decir, ¿cuántos aparte del mío?

Visto en De jardines ajenos de Adolfo Bioy Casares.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Un grano de arena

Cuando la autodestrucción entra en el corazón, al principio parece apenas un grano de arena. Es como una jaqueca, una indigestión leve, un dedo infectado; pero pierdes el de las 8.20 y llegas tarde para solicitar un aumento de crédito. El viejo amigo con quien vas a comer de repente agota tu paciencia y para mostrarte amable te tomas tres copas, pero el día ya ha perdido forma, sentido y significado. Para recuperar cierta intencionalidad y belleza bebes demasiado en las reuniones, te propasas con la mujer de otro y acabas por cometer una tontería obscena y a la mañana siguiente desearías estar muerto. Pero cuando tratas de repasar el camino que te ha conducido a este abismo, sólo encuentras el grano de arena.

John Cheever, Diarios.

lunes, 17 de mayo de 2010

La habitación oscura

Se pueden definir tres actitudes humanas a partir de una habitación oscura.
En una habitación oscura, un hombre busca algo. Es un científico.
En una habitación oscura, un hombre busca algo que no está allí. Es un filósofo.
En la misma habitación oscura, un religioso busca algo que no se encuentra allí y exclama: "¡Lo encontré!".

Aparece en el libro El segundo círculo de los mentirosos. Cuentos filosóficos del mundo entero, de Jean-Claude Carrière

sábado, 15 de mayo de 2010

Duro aprendizaje

Fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa.

Albert Camus, relativo a la Guerra Civil Española.

He descubierto la frase en El País de hoy, en la columna de Manuel Rivas sobre la suspensión del juez Garzón.
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