viernes, 1 de enero de 2010

Lo más visto en La Canción de Malapata en 2009

Hace aproximadamente tres meses que empezó La Canción de Malapata. Aunque hay entradas más antiguas que importé de mi anterior blog, la primera en aparecer aquí fue un 9 de septiembre. En total 145 anotaciones, la mitad de las cuales se reparten entre coñas marineras, cuentos y cortometrajes (uno cada jueves). En este primer (cuarto de) año de vida, las cinco anotaciones más visitadas han sido:
  1. Darth Andrea (se acerca Halloween). Todo empezó cuando Cecilia publicó en Punto Geek una anotación sobre un disfraz de Halloween de Darth Vader para bebés. No pude evitar comprarle uno a mi hija, colgar la foto y mandar un comentario. Cecilia twitteó la foto y se convirtió en la página más vista del blog (más que las tres siguientes juntas).
  2. Azúcar. Un precioso microrelato que gustó mucho.
  3. El experimento golosina. Un simpático vídeo basado en un antiguo experimento que relacionaba la capacidad de resistirse de unos niños ante una golosina con su comportamiento en la edad adulta.
  4. Sólo para matemáticos. Un chiste y una canción con base científica. En principio destinada a un público más restringido, se popularizó cuando Tito Eliatron la mencionó en su blog.
  5. Le Festin - Camille. Hermosa canción de Michael Giacchino, interpretada por Camille, que aparece en la banda sonora de Ratatouille.
Feliz año, espero veros por aquí en el 2010.

      miércoles, 30 de diciembre de 2009

      Como Ulises - Javier Krahe

      El cuento sobre Penélope y Ulises que incluí de hace unos días me ha recordado esta estupenda canción de Javier Krahe, en la que, con su particular sentido del humor, recrea la historia de Odiseo.

      Podéis encontrar la letra aquí.


      martes, 29 de diciembre de 2009

      Paul von Lettow-Vorbeck (II): Guerra de guerrillas

      En una entrada anterior habíamos contado como Paul von Lettow-Vorbeck había recibido el mando de las fuerzas alemanas en África Oriental, la Schutztruppe, poco antes del comienzo de la I Guerra Mundial. A pesar de la desproporción de fuerzas, von Lettow rechaza el primer intento de invasión británica en la batalla de Tanga.

      Von Lettow pronto se dio cuenta de que era inútil esperar refuerzos ni material desde la metrópoly. Estaba solo, rodeado de territorio hostil y con los británicos dominando las aguas, pero aún así se esforzó en hacer todo lo posible para ayudar a su país. Era consciente de que África era un teatro de operaciones secundario; la guerra iba a decidirse en los campos de batalla de Europa. Decidió entonces que su mejor contribución a la victoria de Alemania era convertirse en una constante molestia para los aliados: cada hombre destinado contra él sería un soldado menos luchando en Europa.

      Los alemanes se dedicaron a hostigar las comunicaciones entre los territorios británicos. Al mismo tiempo von Lettow reclutaba nuevos soldados para su Schutztruppe llegando hasta los 14.000 hombres, el 90% de ellos africanos. Del crucero alemán SMS Königsberg rescata sus piezas de artillería, ordenando a los talleres  de Dar es Salaam que construyan carros para transportarlas. Serían las mayores piezas de artillería de todo el frente de África Oriental.

      Cañones del Königsberg en tierra. Foto tomada de Wikipedia.

      En los primeros combates von Lettow aprende una dolorosa lección: la victoria no compensa la pérdida de hombres bien entrenados que no puede reemplazar. Desde entonces optará por evitar el enfrentamiento directo.

      lunes, 28 de diciembre de 2009

      Empiezo a preocuparme

      Lo que peor llevo de estas fiestas es la cantidad de tiempo que tengo que pasar offline.

      ¿Sabéis de alguna asociación tipo Internautas Anónimos? ¿Tienen grupo en el Facebook?

      sábado, 26 de diciembre de 2009

      La tela de Penélope o quién engaña a quién

      Hace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de ser bastante sabio era muy astuto), casado con Penélope, mujer bella y singularmente dotada cuyo único defecto era su desmedida afición a tejer, costumbre gracias a la cual pudo pasar sola largas temporadas.

      Dice la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia observaba que a pesar de sus prohibiciones ella se disponía una vez más a iniciar uno de sus interminables tejidos, se le podía ver por las noches preparando a hurtadillas sus botas y una buena barca, hasta que sin decirle nada se iba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo.

      De esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus pretendientes, haciéndoles creer que tejía mientras Ulises viajaba y no que Ulises viajaba mientras ella tejía, como pudo haber imaginado Homero, que, como se sabe, a veces dormía y no se daba cuenta de nada.

      FIN

      El libro La oveja negra y demás fábulas de Augusto Monterroso.
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