La siguiénte anécdota la escuché en el documental Si no tuviéramos la Luna (1999), de Discovery Channel. Antes una breve introducción: hasta ahora, la teoría más extendida sobre el origen de nuestro satélite es que se formó tras el impacto contra la Tierra de un planeta (Orfeo) de la mitad del tamaño del nuestro. La colisión proyectó a la órbita de la Tierra el material que acabó formando la Luna.
Jay Melosh, un científico especializado en impactos, quería probar la teoría Orfeo simulando el choque en un ordenador. Los mejores ordenadores y programas para modelar impactos los tiene el ejército. Gracias a un contacto interno, Jay Melosh logra acceder a uno de ellos:
"Éste era un ordenador de uso restringido, por lo que no tenía autorización para tocar el teclado. Mi colega me hacía las preguntas pertinentes sobre el problema. Y él, por ejemplo, me preguntó: "¿Cuál es el diámetro del objetivo?" Y yo le di el de la Tierra. Unas cuantas cabezas se asomaron a la puerta. "El objetivo es la Tierra". Después me preguntó el diámetro del proyectil y le di uno la mitad del de la Tierra. Unas pocas cabezas más se asomaron. Después la velocidad del impacto: "Once kilómetros por segundo". Por último se le dio prioridad a mis preguntas debido al entusiasmo que había despertado un choque de semejantes dimensiones."
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