Con Frigg acabo el repaso a los dioses que dieron lugar a los nombres ingleses de los días de la semana. A esta diosa está dedicado el día de Frigg, Frige's Day o Frīġedæġ en inglés antiguo. Frigg es la diosa de la fertilidad, el amor conyugal, la maternidad y las artes domésticas y reina de los Aesir. Única con derecho a sentarse en el Hlidskjalf junto a su esposo Odín, desde donde contemplan los nueve mundos. Reside en su propio palacio, el Fensalir, la más espléndida de la moradas de Asgard, donde reúne a los esposos que han tenido vidas virtuosas en la Tierra para que disfruten de su compañía después de la muerte. En sus ratos libres teje con su rueca las nubes que adornan el cielo, rueca que los vikingos situaron en el cielo en lo que nosotros consideramos el cinturón de Orión.
Frigg hilando las nubes, por John Charles Dollman (Wikipedia). |
Con todo este currículo uno esperaría que Frigg tuviera un papel más importante en las sagas, pero su rol en ellas se define a partir de su papel como madre (es Frigg quien desvela a Loki el secreto que lleva a la muerte a su hijo Baldr) o esposa. Su relación con Odín es buena, pero dista de ser perfecta. En el Lokasenna Loki le echa en cara que compartiera cama con los dos hermanos de su esposo. Aunque cuando sucedió Odín llevaba tanto tiempo ausente de Asgard que le habían dado por muerto; sus hermanos Vili y Ve se dividieron sus pertenencias, compartiendo los favores de la diosa hasta el retorno de Odín.
En otra ocasión Frigg profanó una estatua de Odín arrancándole parte de su oro para construirse un collar. Cuando Odín descubrió el robo colocó a la estatua a la puerta del templo donde estaba, hechizándola de forma que fuera capaz de hablar para acusar al culpable en el momento en que éste pasara ante ella. Temiendo verse descubierta Frigg buscó a quién estuviera dispuesto a destrozar la estatua a cambio de concederle sus favores. Cuando Odín descubrió la doble traición montó en cólera y abandonó Asgard durante un tiempo.
Aun cuando su convivencia era buena Frigg y Odín eran demasiado orgullosos como para no aprovechar cualquier oportunidad de intentar quedar por encima del otro. Un ejemplo es el Grímnismál que ya os traje por aquí, en el que los esposos se encaprichan cada uno de un hijo del rey Hrauthung, desatándose una competición que en seguida se vuelve sucia.
Otra de estas ocasiones, con la que aprovecho para despedir a la diosa y al ciclo de los días de la semana, es la que acabó dando el nombre a una de las tribus bárbaras de las que se repartieron el antiguo Imperio Romano.
Mujeres de largas barbas
Cuenta la leyenda había una gran enemistad entre las tribus de los vándalos y los vinnili, que acabó llevándolas a la guerra. Odín favorecía a los vándalos, quizás porque el nombre de los vinnili no le parecía lo bastante, pues eso, bárbaro, o quizás porque esta tribu había procurado ponerse ostentosamente bajo su protección. Evidentemente, esto era razón más que suficiente como para que Frigg acabara apoyando a los mili vinnili, que habían pedido la protección de la diosa por consejo de una de las ancianas de la tribu.
Así que un día en que los esposos estaban contemplando el mundo desde el trono Hlidskjalf Frigga se lanzó al ataque.
—Hace buen día, ¿verdad?
—Sí —contestó lacónico Odín.
—No suele hacer tanto calor en esta época del año.
—No —el dios empezó a inquietarse, ya sabía a donde solían llevar estas introducciones y no le apetecía recorrer ese camino.
—Uy, mira, ¿no es ese el ejército de los vinnili? Buena gente los vinnili, ¿no te parece? Muy respetuosos con las tradiciones y temerosos de sus dioses. De nosotros, quiero decir. ¿Verdad?
Odín soltó un gruñido que podía significar cualquier cosa.
—He oído que están en guerra con los vándalos. Vándalos, hasta el nombre suena mal. ¿Sabes quién era un vándalo? Pues...
—No pienso entrometerme en su guerra —le interrumpió Odín. Mintiendo descaradamente, todo sea dicho.
—No sé por qué me dices eso, como si yo te hubiera pedido algo.
Silencio.
—Claro, que si los comparamos, estarás de acuerdo conmigo en que los vinnili son una tribu bastante más noble.
Más silencio.
—¿Te he mencionado ya lo respetuosos que son con sus dioses? ¿Contigo y conmigo? Y digo yo, que ya que eres tú quien decide quién queda victorioso en las batallas...
—No pienso intervenir —volvió a mentir Odín.
—Yo sólo te digo que ya que tienes que elegir a uno, no te cuesta nada quedarte con los vinnili.
—Mira, estoy cansado y no quiero hablar más del tema. Me voy a la cama y cuando me despierte mañana el primero que vea será al que conceda la victoria.
—Bueno hijo, tampoco era para ponerse así. Descansa y no le des mucho al hidromiel antes de acostarte, que ya sabes que no te sienta bien.
Odín se marchó camino de su lecho ocultando una sonrisa. Bien sabía él que, tal y como estaba orientada su cama, lo primero que vería al despertar no sería otra cosa que las filas de vándalos dispuestos para la batalla.
Claro, que a estas alturas ya debía conocer algo mejor a su esposa. Apenas se hubo marchado Frigg convocó a las mujeres vinnili (¿las vinnilas?) y les mandó que esperasen el amanecer sobre las colinas, vestidas con las armaduras de sus maridos y con su larga cabellera peinada de manera que cubriera sus mejillas y barbilla. De vuelta a Asgard comprobó que Odín dormía a pierna suelta y, cuidadosamente, giró su cama de manera que ahora su rostro apuntara al lugar adecuado.
A la mañana siguiente Odín, nada más abrir los ojos, buscó con la mirada a los vándalos a los que esperaba favorecer. Al ver a las mujeres vinnili disfrazadas exclamó "¿Pero quiénes son estos guerreros de largas barbas?", justo antes de darse cuenta de la sonriente Frigg que esperaba a su lado para hacerle cumplir su promesa.
Gracias a esta estratagema los vinnili lograron vencer a sus vecinos vándalos al tiempo que cambiaban su nombre por el de los Largasbarbas, en latín Longus-bart, que acabó transformándose en Lombardos, denominación con la que irrumpieron en el Imperio Romano y acabaron creando su propio reino en Italia, dando nombre a la región de Lombardía.
Fuentes
Aparte
de las habituales visitas a las páginas correspondientes de Wikipedia
(la inglesa, principalmente), mi fuente principal sobre los mitos
nórdicos proviene de dos libros que están en dominio público (en
inglés):
- Asgard and the gods; tales and traditions of our northern ancestor, de Wilhelm Wägner.
- Myths of northern lands, narrated with special reference to literature and art, de Hélène Adeline Guerber.
Entradas relacionadas
- Los dioses de la semana inglesa.
- El sol, la luna y los lobos del cielo.
- Tyr, el dios manco de la guerra.
- Odín, padre de todos, y la leyenda de Grímnismál.
- Thor, el protector de la humanidad: de cómo obtuvo su martillo.
- El Thrymskvida: de cómo Thor perdió su martillo y las andanzas que afrontó para recuperarlo.
- Ragnarök, el ocaso de los dioses.
- Descarga El último truco de Loki.
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