El artista norteamericano Kevin Dart decidió dedicarse a la ilustración cuando en unas vacaciones descubrió una pila de viejas revistas LIFE de los años sesenta en casa de sus padres: "Recuerdo sentir que no había nadie que pudiera compararse con los antiguos ilustradores de esas revistas. Después de eso, empecé a investigar y estudiar más ilustradores clásicos hasta que se convirtió en un completa obsesión".
Este amor por la estética más glamourosa de los años sesenta se desprende de muchos de sus trabajos. Por ejemplo, en este estupendo anuncio para la firma de gafas Persol, codirigido con Stéphane Coëdel.
Tras un paso por Nintendo, Kevin Dart dejó los videojuegos por la animación, con trabajos en Disney, Pixar y Cartoon Network. Entre sus trabajos se cuenta además un anuncio para la promoción de las Olimpiadas de Londres 2012 en la BBC o carteles para la gira del grupo No Doubt.
Uno de sus trabajos más destacados es la creación de Yuki 7 and the Gadget Girls. Yuki es una atractiva agente secreta, fruto de su devoción por las películas de espías de los 60. Concebida como "una serie de películas ficticias que, de haberse realizado, hubieran sido las mejores películas de espías jamás realizadas, llenas con increíbles escenas de persecuciones, asombrosos vestuarios y decorados y hermosas mujeres", Yuki 7 acabó como libros de ilustraciones para los que contó con la colaboración de varios artistas.
Para la presentación de los volúmenes de la serie, Kevin dirigió, también con Stéphane Cöedel, unos cortos a modo de trailers de películas protagonizadas por Yuki 7: A Kiss from Tokio y Looks That Kill, la segunda y más conseguida que podéis ver a continuación, seguida de algunas muestras más del talento de Kevin Dart como ilustrador.
Fuentes: La información sobre Kevin Dart la he sacado de una entrevista que concedió a Grain Edit. Los trabajos que aparecen aquí provienen de la página de Yuki 7 en Vimeo, además de la antigua página web de Kevin Dart, que ha sido sustituida por su página en Tumblr.
Lo bueno de los ilustradores es que cada uno puede tener su estilo propio sin seguir ninguna escuela ni tendencia, aunque yo soy más partidario de los clásicos. Y lo malo, es que en la red su trabajo tiende a infravalorarse por la innumerables herramientas de que se dispone.
ResponderEliminarY sin embargo gracias a la red podemos a veces volver a encontrar su trabajo. Aunque, a tenor de lo que comentas, sí es cierto que quedan "sepultados" ante la continua avalancha de nuevos trabajos.
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