lunes, 18 de abril de 2011

Swim Until You Can't See Land - Frightened Rabbit

Ayer fui a ver Código fuente, de Duncan Jones. Entretenida, se deja ver bastante bien, aunque me gustó más su anterior película, Moon. Pero no es eso de lo que quería hablaros. Antes de la proyección anunciaron una película con Mel Gibson y Jodie Foster. Ni recuerdo el título ni creo que vaya a verla nunca, pero durante el anuncio sonó una canción que estuvo entre mis favoritas hace no mucho y que descubrí en Telegraph Blog. Se trata de Swim Until You Can't See Land, de un grupo escocés de nombre curioso, Frightened Rabbit. Espero que os guste.

viernes, 15 de abril de 2011

Psicología inversa


Como dice uno de los comentarios del vídeo en Youtube, pensé que esto sólo funcionaba en los dibujos animados.

jueves, 14 de abril de 2011

Bota de Oro

Ahora que nos acercamos a una racha de varios partidos del siglo seguidos, he pensado que sería una buena idea traeros un corto que tiene como eje el mundo de fútbol. Concretamente los niños que sueñan con entrar en las categorías inferiores de sus equipos favoritos. Desgraciadamente, este sueño no suele llegar a buen puerto, con historias como el que nos cuenta Bota de Oro (2004), de José Luis Baringo y Ramón Tarrés, nominado al Goya en 2005.

No deja de ser curioso que un drama como éste sea fruto de la colaboración entre dos guionistas de una de las series más divertidas de la ficción española, Aquí no hay quién viva. Bota de Oro es su primer corto de cine, un salto que, según cuentan en esta simpática entrevista:
"Más que salto, ha sido caída libre. Afortunadamente, no hemos tenido que lamentar daños personales, y por ello hemos podido regresar al mundo de la televisión, entre otras cosas para poder pagar las deudas que nos ha dejado el corto."

martes, 12 de abril de 2011

Árboles de Nimasprout

Hace unos días recibí mi pedido de postales con dibujos de la serie Pantone Forest de Nimasprout, seudónimo tras el que se encuentra la ilustradora y diseñadora gráfica estadounidense Nicole Gustafsson. Originalmente había pensado usarlas como targetas para acompañar regalos, pero cuando las tuvimos en la mano a mi santa y a mí nos gustaron tanto que han acabado enmarcadas en nuestro salón.


Los árboles son una constante en el trabajo de Nimasprout, ya sea como parte del paisaje o como protagonistas indiscubles, prestando refugio en sus ramas o convertidos ellos mismos en casa, biblioteca o incluso invernadero. A continuación os dejo con una selección de mis favoritos, recomendándoos que os acerquéis a su web o su blog para seguir disfrutando de sus dibujos.

sábado, 9 de abril de 2011

Outcasts

Cuando tenía 13 años solía aprovechar cada vez que pasaba junto a la librería que había cerca de casa para quedarme un rato ojeando los libros que había en uno de sus estanterías. La de la esquina de la derecha, visto desde la puerta, aunque realmente la disposición de la tienda impedía que se viera desde la entrada. Además, para llegar a ella había que entrar un trecho dentro de la tienda y bordear un expositor.

Pero a pesar de no estar muy accesible me sentía como en casa. Era la sección de Ciencia-Ficción. Allí desembocaba cada vez que mi madre me daba dinero para un libro, que ya tenía elegido de antemano. Y que, ante mi desconocimiento del género, solía elegir por una mezcla entre, en ese orden, su tamaño (mejor cuanto más gruesos), su sinopsis y si había recibido algún Hugo o Nébula, que entonces no sabía lo que eran, pero que si lo remarcaban en la tapa por algo sería.

Eran en su mayoría ediciones de bolsillo, aquellos míticos volúmenes de la colección Ciencia Ficción de Bolsillo de Ultramar, cuyos títulos llegué a memorizar y que aún me emociona al encontrarme en alguna librería usada, junto con otros de P&J, que editaba a Asimov. Allí compré las sagas de Dune, Fundación, El Mundo de Río y tantos y tantos otros que me transportaban a mundos lejanos donde cualquier cosa podía ser posible.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces, y aunque mis gustos me llevaron por otros derroteros, todavía me gusta de vez en cuando volver a sumergirme en la ciencia ficción. Aunque, como entonces, no domine el género y siga guiándome por los mismos parámetros de entonces (y sí, el tamaño sigue importando).

¿Y por qué os suelto esta parrafada estilo Aquellos maravillosos años? Pues para haceros ver que me es imposible ser objetivo con la ciencia ficción. Que sólo por caer dentro de este género estoy dispuesto lanzarme a ver series como Santuary o Outcasts, a las que en circunstancias normales no me habría parado a echar un segundo vistazo.

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