Leo una interesante reflexión en la introducción de Africa: a Biography of the Continent, de John Reader:
Si la civilización moderna y la cultura tecnológica se consideran el epítome del desarrollo humano, entonces es dudoso que el modo de vida al que aspira la mayoría de la humanidad actualmente se hubiera desarrollado si aquellas pequeñas bandas de humanos modernos no hubieran dejado África hace 100.000 años. Todo los avances reconocidos de la civilización ocurrieron en primer lugar fuera de África (metalurgia, agricultura, escritura, fundación de ciudades).
Esto no debe llevarnos a un juicio cualitativo. Quién sabe si, sin la influencia de la población exterior a África, hubiera podido desarrollarse una alternativa superior a la civilización moderna y su cultura tecnológica. De hecho, el civilizado arte de vivir apaciblemente en pequeñas sociedades sin formar estados que era evidente en África antes de la llegada de influencias externas es una contribución netamente africana a la historia del hombre. Y en cualquier caso, civilización, cultura y tecnología son muy recientes (si no efímeras) expresiones de la condición humana. La biología es de lejos más relevante. Pero aquí también hay diferencias que deben explicarse, en particular en términos de potencial de crecimiento de la población.
El emperador de China ordenó un censo en el año 2 d.C. y encontró que al menos 57,6 millones de personas vivían en China en esa época. Registros escritos indican de igual forma que la población del Imperio Romano en el año 14 d.C. era de 54 millones. La población de India en el mismo periodo no pudo ser menos que la del Imperio Romano, y probablemente el mismo número de personas habitaban en América y Australasia.
Así, los humanos modernos que emigraron desde África hace alrededor de 100.000 años, aunque posiblemente no supusiera mas que una centésima parte de los que se quedaron, se multiplicaron hasta una población global del más de 200 millones de personas al principio de la edad moderna.
Este impresionante crecimiento está dentro de la capacidad reproductiva humana y nos lleva a la siguiente pregunta: si ésta es la medida de la expansión de la población humana fuera de África, ¿qué sucedió con la población que se quedó en el continente?
Se estima que alrededor de un millón de personas habitaban África cuando los emigrantes dejaron el continente hace 100.000 años. En el año 200 d.C. este número se suponía que se había elevado hasta los 20 millones (de los cuales más de la mitad vivían en el norte de África y el valle del Nilo y, por tanto, eran parte de la población del Imperio Romano en el 14 d.C, dejando una población subsahariana de menos de 10 millones). En el año 1.500 d.C. la población del continente se estima en 47 millones y en un estado de "equilibrio biológico estable", con el tamaño de la población adaptado a la capacidad del medio que ocupa. Entre tanto, la población fuera de África había crecido hasta unos 300 millones.