sábado, 30 de abril de 2011

Y tan pancha

Para cerrar esta semana temática decidad a la burocracia y otras hierbas quiero compartir con vosotros una anécdota que me contó una amiga cuando le comenté nuestras aventuras con el Ayuntamiento. Sucedió en una de las visitas al ginecólogo que tuvo que hacer durante su embarazo. Haciendo cola en el mostrador para pedir una cita no pudo evitar escuchar la conversación que tenía lugar delante suya. La embarazada que le precedía acababa de hacerse unos análisis y le estaba pidiendo a la administrativa que le atendía una copia de los resultados, sin demasiada suerte. En primer lugar le preguntaro que para qué la quería, y ella respondió que le gustaría tener una copia. Entonces la administrativa le dijo que no podía ser, que sólo había una copia que era para el ginecólogo, y que no era posible hacer más.

Lo bueno sucedió cuando la mujer, viendo que no iba a sacar nada de ahí, se fue hacia la calle. En ese momento mi amiga, que pasaba a estar la primera en la cola, escuchó como la administrativa le decía a una de sus compañeras: "Un día que tenga un rato me voy a poner con eso. Estoy segura de que tiene que haber alguna forma de sacar una copia".

Y tan pancha.

jueves, 28 de abril de 2011

Burocracia en corto: 036 y El examinador

Después de la última entrada, he decidido dedicar esta semana a los absurdos que nos encontramos a veces al tratar con la administración y, en particular, los cortos de hoy. Afortunadamente había visto recientemente un par de ellos que caen dentro de la categoría. En primer lugar otro de los participantes del IX Notodofilmfest. Se trata de 036 (2011), de Juan Fernando Andrés y Esteban Roel y protagonizado por la última musa de Álex de la Iglesia, Carolina Bang. Porque hay veces que un simple trámite puede convertirse en un auténtico duelo al sol.


En segundo lugar un corto con el que no he podido evitar sentirme un poco identificado. Y es que a mí también me costó lo suyo sacar el carnet de conducir, aunque afortunadamente nunca me encontré con un examinador como Antonio Dechent. Su personaje da título al corto: El examinador (2005), de José Antonio Pajares, que estuvo nominado al Goya en 2006.


martes, 26 de abril de 2011

Kafka en el Ayuntamiento de Sevilla

Es fácil haber escuchado alguna vez a alguien quejándose de lo que le costó realizar un trámite ante algún organismo público, a veces incluso contado como anécdota graciosa. Pero cosa bien distinta es cuando te toca vivirlo. Hoy os quiero contar lo que tuvo que pasar mi santa para pagar unas multas de aparcamiento. Lo que en principio debía ser cosa de una mañana acabó costando tres días a base de darse una y otra vez contra empleados que decían digo cuando era Diego.

Todo empezó cuando pusieron la zona azul en el barrio donde vivíamos. Eso significó que de un día para otro todas las calles alrededor de nuestra casa se convirtieron en estacionamiento limitado. Como estábamos en el piso de manera provisional y pasábamos casi todo el día fuera, no quisimos empadronarnos para conseguir una targeta de residente que, de todas formas, nos hubiera obligado a seguir pagando por aparcar en nuestra casa. En su lugar preferimos ir trampeando, intentando no llegar a casa hasta que había pasado la hora de cobro o dejando el coche un poco más lejos.

Pero claro, no podía ser tan fácil, y cuando nos mudamos nuestro parabrisas ya había acumulado unos cuantos avisos de sanción. Lo fuimos dejando pasar hasta que en septiembre del 2009 nos encontramos con la cuenta embargada. El susto fue grande, sobre todo porque hasta que el banco nos avisó nadie se había molestado en notificárnoslo (ni tampoco, todo sea dicho, las multas, ni en la anterior dirección ni en la nueva).

Así las cosas mi santa, que es una ídem, fue a pagar a la oficina correspondiente del ayuntamiento. Después de abonar las multas preguntó si ya estábamos en paz o si había alguna más pendiente. Aunque en un primer momento le dijeron que no, como insistió acabaron mirándolo y se dieron cuenta de que todavía quedaban otras que en ese momento estaban en proceso y que, por supuesto, se nos había pasado el plazo para recurrirlas. Otra vez a pagar y otra vez a preguntar si ya estaba todo. Le aseguraron que sí y nosotros nos lo creímos.

Así estaban las cosas cuando en enero de este año nos avisan otra vez del banco (porque en todo este proceso del ayuntamiento nunca tuvimos noticia) de que teníamos un nuevo aviso de embargo sobre nuestra cuenta, y que mientras tanto el dinero quedaba inmovilizado.

Extrañada mi santa vuelve a plantarse en la oficina municipal a preguntar de dónde habían salido esas multas que no nos constaban por ningún lado. Y van y le dicen que son anteriores a septiembre de 2009, que fue cuando ella pagó lo que, en teoría, era todo lo que nos quedaba pendiente. "Pero bueno, ¿entonces por qué no me avisaron cuando vine a pagar hace poco más de un año?", preguntó ella. Respuesta: "No lo sabemos". Y tan panchos.

lunes, 25 de abril de 2011

Señales confusas

¿Hacia dónde irías si te encuentras esto de frente?


Este par de señales contradictorias las encontré hace unos días en una calle de Sevilla. Si te acercas un poco puedes ver que debajo de una de ellas pone "PLAN ESPECIAL FERIA DE 12:00 A 6:00 H.". Eso nos aclara un poco pero, teniendo en cuenta que cuando tomé la foto aún faltaban dos semanas para la Feria, ¿no podrían haber tapado una de ellas mientras tanto?
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...